sábado, 20 de marzo de 2010

Entre alemanes y manchegos

Tremendo esfuerzo físico y mental el realizado por los muchachos del TNT para despedir este crudo invierno. En una Mina extrañamente desierta, enseguida se puso de manifiesto que el Botafumeiro, aka Patapalo, de manera inconcebible, había preferido irse de puente antes que pasar la tarde jugando al fútbol y bebiendo aquarius. Tras los prolegómenos burocráticos, en los que todo lo que se pudo sacar al colegiado amigo de Tiburón acerca del resultado que constaría fue: a) que lo desconocía, y b) que en cualquier caso, no sabía, se optó por dar unas patadas al balón y de paso alternar y hacer ejercicio. Esto se llevó a cabo en tres etapas bien diferenciadas que a continuación resumo:

I. En la primera, denominada "gol regañado", tres o más elementos desprovistos de camiseta naranja se dedicaron a repartir leña y fingir faltas, no descartándose que esta ausencia total de cualquier atisbo de deportividad, (a estas alturas sobradamente conocida a lo largo y ancho del polideportivo), figure entre las razones que hicieran desistir al Botafumeiro de presentarse.

II. En la segunda se practicó un deporte autóctono de enrevasadas y poco intuitivas normas, que según parece, causa furor en Carabanchel. Se le denomina "alemán" quizá como homenaje al interno germano que debió inventar y popularizar este pasatiempo entre sus compañeros del frenopático local. El objetivo del juego parece ser someter a escarnio al que hace de portero, que no para de recibir trallazos de bolea desde cualquier distancia y al que ninguna parada le permitirá esquivar su triste destino. Únicamente podrá abandonar la portería si arrea un pelotazo (con la mano) a algún transeúnte y para su fortuna la pelota sale despedida fuera del terreno de juego. A partir de ahí si no desea volver a ella solo tiene que poner cuidado en no echarla fuera, no acercarse al área cuando el portero agarra la pelota con la mano, y, de vez en cuando, vocear con entusiasmo el nombre del infeliz que pasa a hacer de guardameta. No es descartable que las susodichas normas sean modificadas de día en día por los jugadores indígenas con el claro objeto de vacilar a los forasteros, actividad, dicho sea de paso, con la que los naturales de Carabanchel parecen disfrutar sobremanera.

III. La tercera se llevó a cabo en el local de Chao, donde ante una mesa en la que curiosamente cada vez resulta mas extraño localizar cerveza, se glosaron y reinterpretaron toda suerte de chascarrillos de José Mota, sin que un servidor pudiera contrastar la calidad y fiabilidad de las citadas recreaciones por no ser expectador habitual del humorista manchego.

2 comentarios:

Tito Wis dijo...

Ole, ole y ole!! esto es lo que yo entiendo por "analisis del partido"

7professor dijo...

Ahí estamos, haciendo lo que podemos.